viernes, 14 de junio de 2013

Tarta y cupcakes RED VELVET

Hasta que por fin la hice! (bueno en realidad la hice la semana pasada, pero hasta que por fin puedo publicarla en el blog) :)

Esto de los bizcochos red velvet para alguien que se ha obsesionado con la repostería es un "must". Así que claro yo no podía ser menos! Busqué y modifiqué hasta que dí con la textura ideal, muy esponjosa y muy tierna y sube un montooooon!
Esta receta en realidad es para dos moldes de 20 cm para una vez hechos poder ponerle el relleno en uno de ellos y poner el otro encima, es decir un pastel de un solo piso... pero yo me dije: tiene esto toda la pinta de que va a subir lo suficiente como para poder partirlo por la mitad y rellenarlo! Así que hice una tarta de dos pisos!  cada uno de los bizcochos los partí y los rellené de frosting de queso.



Usé dos moldes, uno de 18 cm y otro de 15cm, los rellené con la masa solo hasta un poquito más de la mitad del molde! Fiaros de mí! os prometo que sube un montón y prácticamente sale el bizcocho sin panza. (panza la mía que de tanto picotear, me estoy poniendo.....)

Me sobró un poquito de masa y no pude resistirme a rellenar unas 4 capsulitas para cupcakes! mmmm que buenos y redonditos salieron también.


Bueno vamos allá.

Ingredientes para el bizcocho:


320g de harina
340g de azúcar
130 ml de aceite de oliva
2 huevos XL
2 cucharadas de cacao en polvo sin azúcar.
5ml de colorante en gel rojo (yo uso el de Wilton)
15ml de extracto de vainilla.
260ml de leche entera
10ml de zumo de limón
1 cucharadita de bicarbonato de sodio
10ml de vinagre blanco.

Para la cobertura y el relleno:


250g de mantequilla a temperatura ambiente.
630g de royal icing sugar (NO azúcar glass)
250g de queso en crema (philadelphia por ejemplo pero que no sea light porque la consistencia no es la misma) lo mantendremos en la nevera hasta el momento de usarlo.

Tamizamos el azúcar, y batimos con la mantequilla hasta que esté muy cremosa, añadimos el queso sacado de la nevera. Batimos y batimos y batimos y bailamos y cantamos y seguimos batiendo :) cuanto más batamos mejor consistencia tendrá. Guardamos en la nevera hasta que llegue el momento de usarla.

Preparamos el bizcocho: 

Lo primero que deberíamos hacer es tener los moldes listos, ya sabéis embadurnados en mantequilla y enharinados, yo en mi caso uso spray antidesmoldante de Wilton, pero vamos que en cuanto lo acabe volveré a la técnica de toda la vida. Lo ideal también es que vayamos precalentando el horno, a 180 grados. El mío calienta mucho así que al final casi lo bajé a 170 grados.

Lo primero que haremos será preparar la buttermilk que no es otra cosa que mezclar la leche con el zumo de limón y dejarlo reposar 10 minutos, se va a cortar, no os asustéis, esa es la idea!

Mientras tanto vamos tamizando la harina y el cacao todo junto.

Por otro lado batimos el aceite con el azúcar hasta que esté todo bien integrado y añadiendo uno a uno los huevos sin dejar de batir. Añadimos con cuidado la mezcla de la harina y el cacao, solo una quinta parte, ahora la mezcla de la leche con el limón, ahora harina otra vez, ahora la mezcla buttermilk y así alternando  terminando por la mezcla de harina y cacao. Todo eso mientras seguimos batiendo lógicamente.

Ahora rápidamente mezclamos el vinagre con el bicarbonato y cuando esté burbujeando lo añadimos a la mezcla, cuando veamos que la mezcla está bien integrada añadimos el extracto de vainilla y el colorante.

Tiene que ser colorante en pasta, en gel o en polvo, líquido no porque quedaría un color feucho. La cantidad en realidad es relativa dependiendo de la marca, textura etc así que cuando la vayáis mezclando vais mirando el color, tened en cuenta que una vez hecho el bizcocho el color tenderá a oscurecer ligeramente.

Ponemos la masa en los moldes y horneamos durante unos 30 minutos a 180º, pero esto como siempre ya depende de cada horno, así que un truquillo que aprendí investigando es que cuando veamos que los bordes del bizcocho se han despegado ligeramente del molde, es señal de que ya está listo y aparte el truquillo de siempre: meter un palillo en el bizcocho y si este sale seco es que ya está.

Dejamos enfriar y dependiendo de los moldes que usasteis, pues o los partís para rellenarlos o ponéis el relleno en uno de ellos y el otro bizcocho encima.

Luego lo bañáis por fuera también con el relleno y dejáis enfriar en la nevera durante al menos media hora para luego poder vestirlo con el fondant como hice yo en este caso.

Claro claro! queréis ver el resultado por dentro no? que por algo se llamará Red Velvet (terciopelo rojo) Pues bien aquí los tenéis!!

Besoooos!














1 comentario:

  1. que buena pinta tiene ese pastel! lo probaré y ya te contare xD

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